viernes, 29 de abril de 2011

Sonrisas y sinsentidos

Si por cada palabra perdida un sueño se cumpliese. Si por cada sueño muerto una sonrisa regalada alegrara el día de un desconocido. Si por cada desconocido triste una esperanza naciese, quizás entonces podría creer que los milagros existen.

Que existen, y que a alguien le importa. Hay veces en las que creo que sí, todo importa, nada es en vano. Otras, en cambio, el sentido de las cosas parece resistirse a revelárseme. Como si tuviese voluntad propia. Como si, de hecho, huyera conscientemente de mí.

Pero eso no es posible, porque no existe ni el sentido, ni la consciencia. Y quizás, solo quizás, todo resultaría más fácil si lo hubiera. Si hubiera un azar, un destino que guiara los pasos de los hombres a través de las inciertas brumas de un porvenir decidido, para aquellos que se resignan. Pero, ¿y para los que no se rinden? ¿Hay alguien que haya escrito su devenir en ese libro invisible que claman que, en alguna parte, existe?

¿Y si no lo quieren? Porque hay quien prefiere no ser gobernado por nadie. Hay quien prefiere tomar sus propias decisiones. Perderse en sus errores, sobrevolar sus alegrías. No importa. Porque suya será su vida, y al fin, suyo será el mundo. Porque la historia, a fin de cuentas, la escriben aquellos que no aceptaron que sus vidas las escribieran otros.

Y puede que sea cierto, o puede que no. Porque todo tiene sentido, cuando nada lo tiene. Ni las sonrisas, ni el destino, ni mis palabras.

http://www.youtube.com/watch?v=77TED1KYdKc